Hola Este artículo recien lo lei en un mail que me enviaron y siento que tiene mucho que ver con lo que estamos estudiando y aprendiendo acerca de la ética y sobretodo en nuestra profesión, espero les guste es muy interesante:
La Ética y los Contadores Públicos
Por: CPC Benjamín Callirgos Gamarra
Muchas veces somos responsables, por no tener la independencia que existe pero que a veces no nos conviene, luchar por ella, de permitir fraudes y toda clase de atropellos contra propiedad privada y pública.
La independencia de los Contadores Públicos en función de auditores, es una actitud mental que le permite al profesional honrado, opinar sin dejarse llevar por presiones económicas, políticas o de fanatismos religiosos.
El alejamiento voluntario de mantener su independencia, en el caso de los auditores, aparentando desconocer los conflictos de intereses, por quienes no tienen la entereza y hombría de bien de aceptarlos, en su afán de lucro, ha traído como consecuencia el derrumbe de importantes empresas de nivel mundial, arrastrando a firmas de auditores, que fueron muy reconocidas y de capacidad profesional indiscutida que, por lucro, actuaron como jueces y parte, esto es como contadores y auditores de la misma empresa.
En un artículo publicado en The Wall Street Journal, el comentarista Lanthe eanne Dugan, escribe su trabajo con el titulo “La avaricia ayudó a hundir la respetabilidad de la Contabilidad”, ofensivo titulo que nunca más debemos permitir se repitan situaciones que en alguna forma, dé lugar a semejantes comentarios, el honor de nuestra profesión está de por medio y los institutos y colegios de Contadores Públicos, tienen la obligación de castigar con la mayor severidad esta clase de aprovechamiento del ejercicio profesional esté disfrazado o no, con diferentes razones sociales.
Como manifestó en una oportunidad, Juan Herrera, ex presidente de la Federación Internacional de Contadores, IFAC: en los últimos años, la corrupción ha campeado en muchos países y a pesar de los buenos deseos para eliminarla, en la actualidad seguimos viendo actos contrarios a los intereses del pueblo, descubriendo cada día nuevas formas de corrupción.
Causa gran preocupación que debido a su proliferación cada vez vemos la corrupción como algo normal, cada vez nos escandalizamos menos. Los corruptos se consideran menos de lo que son y hasta llegamos a veces a expresar admiración por la astucia e inventiva de alguno de ellos. Ya ni se nos ocurre pensar que estos actos son penados por la ley y merecen la cárcel.
Estamos llegando a acostumbrarnos a la corrupción sin percatarnos que poco a poco se van contaminando nuestros valores morales y estamos perdiendo conciencia de la línea que separa el bien del mal.
No podemos permitir que estos delitos pasen a ser considerados como actos normales e inofensivos, como tampoco podemos permitir que el velo del olvido caiga sobre delitos cometidos.
Pero hay una salida en nuestros pueblos y está en nosotros mismos. No todos, tanto de la actividad privada como pública, son corruptos; hay una semilla de honradez y moralidad y esa semilla de honestidad que está en todas partes y que se niega a morir es nuestra esperanza, hay mucho bien en nuestra sociedad y no todo esta mal.
Lo que tenemos que hacer es proteger esas semillas de honradez y moralidad para hacerlas florecer y dar fruto, tenemos que darle voz a esa mayoría silenciosa, es posible hacerlo.
La profesión contable a nivel mundial necesita organizarse para poder actuar como una clase unida y para poder utilizar honrada y adecuadamente su principal recurso que es el intelecto.
La profesión contable no cuenta con grandes riquezas ni con gran poder, sus principales recursos son los mismos hombres y mujeres que la componen y la inteligencia que Dios les ha dado.
Desde el hogar y la escuela se debe iniciar la gran cruzada contra la corrupción, las escuelas deben de incorporar los cursos de religión, ética, educación cívica e instrucción premilitar para enseñar lo que es el honor, la puntualidad y básicamente la disciplina, todo esto tan olvidado en nuestro mundo actual. Sólo así recuperaremos el sentirnos orgullosos de haber nacido en nuestro querido Perú.
Esa es una de las labores principales de nuestra profesión, debemos luchar por que la independencia sea siempre la actitud que rija nuestra actividad profesional y ser un ejemplo que deberán seguir las otras profesiones liberales.
Agradezco la atención que se han servido dispensarme, al leer mi artículo esperando que juntos, todos los Contadores Públicos, llevemos a cabo esa gran cruzada contra la corrupción teniendo como base ética, la total independencia en nuestras actividades profesionales.
Por: CPC Benjamín Callirgos Gamarra
Muchas veces somos responsables, por no tener la independencia que existe pero que a veces no nos conviene, luchar por ella, de permitir fraudes y toda clase de atropellos contra propiedad privada y pública.
La independencia de los Contadores Públicos en función de auditores, es una actitud mental que le permite al profesional honrado, opinar sin dejarse llevar por presiones económicas, políticas o de fanatismos religiosos.
El alejamiento voluntario de mantener su independencia, en el caso de los auditores, aparentando desconocer los conflictos de intereses, por quienes no tienen la entereza y hombría de bien de aceptarlos, en su afán de lucro, ha traído como consecuencia el derrumbe de importantes empresas de nivel mundial, arrastrando a firmas de auditores, que fueron muy reconocidas y de capacidad profesional indiscutida que, por lucro, actuaron como jueces y parte, esto es como contadores y auditores de la misma empresa.
En un artículo publicado en The Wall Street Journal, el comentarista Lanthe eanne Dugan, escribe su trabajo con el titulo “La avaricia ayudó a hundir la respetabilidad de la Contabilidad”, ofensivo titulo que nunca más debemos permitir se repitan situaciones que en alguna forma, dé lugar a semejantes comentarios, el honor de nuestra profesión está de por medio y los institutos y colegios de Contadores Públicos, tienen la obligación de castigar con la mayor severidad esta clase de aprovechamiento del ejercicio profesional esté disfrazado o no, con diferentes razones sociales.
Como manifestó en una oportunidad, Juan Herrera, ex presidente de la Federación Internacional de Contadores, IFAC: en los últimos años, la corrupción ha campeado en muchos países y a pesar de los buenos deseos para eliminarla, en la actualidad seguimos viendo actos contrarios a los intereses del pueblo, descubriendo cada día nuevas formas de corrupción.
Causa gran preocupación que debido a su proliferación cada vez vemos la corrupción como algo normal, cada vez nos escandalizamos menos. Los corruptos se consideran menos de lo que son y hasta llegamos a veces a expresar admiración por la astucia e inventiva de alguno de ellos. Ya ni se nos ocurre pensar que estos actos son penados por la ley y merecen la cárcel.
Estamos llegando a acostumbrarnos a la corrupción sin percatarnos que poco a poco se van contaminando nuestros valores morales y estamos perdiendo conciencia de la línea que separa el bien del mal.
No podemos permitir que estos delitos pasen a ser considerados como actos normales e inofensivos, como tampoco podemos permitir que el velo del olvido caiga sobre delitos cometidos.
Pero hay una salida en nuestros pueblos y está en nosotros mismos. No todos, tanto de la actividad privada como pública, son corruptos; hay una semilla de honradez y moralidad y esa semilla de honestidad que está en todas partes y que se niega a morir es nuestra esperanza, hay mucho bien en nuestra sociedad y no todo esta mal.
Lo que tenemos que hacer es proteger esas semillas de honradez y moralidad para hacerlas florecer y dar fruto, tenemos que darle voz a esa mayoría silenciosa, es posible hacerlo.
La profesión contable a nivel mundial necesita organizarse para poder actuar como una clase unida y para poder utilizar honrada y adecuadamente su principal recurso que es el intelecto.
La profesión contable no cuenta con grandes riquezas ni con gran poder, sus principales recursos son los mismos hombres y mujeres que la componen y la inteligencia que Dios les ha dado.
Desde el hogar y la escuela se debe iniciar la gran cruzada contra la corrupción, las escuelas deben de incorporar los cursos de religión, ética, educación cívica e instrucción premilitar para enseñar lo que es el honor, la puntualidad y básicamente la disciplina, todo esto tan olvidado en nuestro mundo actual. Sólo así recuperaremos el sentirnos orgullosos de haber nacido en nuestro querido Perú.
Esa es una de las labores principales de nuestra profesión, debemos luchar por que la independencia sea siempre la actitud que rija nuestra actividad profesional y ser un ejemplo que deberán seguir las otras profesiones liberales.
Agradezco la atención que se han servido dispensarme, al leer mi artículo esperando que juntos, todos los Contadores Públicos, llevemos a cabo esa gran cruzada contra la corrupción teniendo como base ética, la total independencia en nuestras actividades profesionales.
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